¿Un Dios amoroso enviaría a personas al infierno?

Déjame hacerte dos preguntas a ti, ¿Qué pensaría la gente de un juez local que deja libre a los asesinos, los ladrones, los violadores, y los pedófilos no arrepentidos, y además les recompensa?


¿Pensarías que es un buen juez y que es justo?
Por seguro te sentirías indignado por la falta de justicia y protestarías en el tribunal gritando con vehemencia que la conducta del juez es errónea e inmoral.
En este caso pensarías que la actitud del juez al no condenar y premiar a los inmorales es un acto de falta de amor total.
Un buen juez defiende la ley y la hace cumplir para el beneficio de la sociedad en la que vivimos.
Un buen juez encierra a los peligrosos delincuentes y los pone en cuarentena por amor a la humanidad.
Así como el juez terrenal, la Biblia nos asegura que Dios es el Juez amoroso y justo del universo, el cual debe juzgar a las personas por sus pecados. Aquellos que se apartan de las leyes divinas establecidas para el bien de la humanidad, para hacer sus propias leyes y seguir sus deseos, serán encerrados en el infierno, no solo como justa recompensa por sus delitos, sino también para impedir que vuelvan a infligir daño en los demás.


Romanos 2:5-8 “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;”

Apocalipsis 20:12 “y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.”


Amigo mío, espero entiendas esto, una persona no termina en el infierno porque Dios la envíe ahí, la persona habrá hecho el viaje allí por si sola. 


Déjame explicarte: el infierno es el final de un largo camino que se escoge en esta vida, conforme la persona ignore las pruebas de la existencia de Dios, resistiéndose a sus obras manifiestas en la creación, en las escrituras y en la persona de su hijo Jesucristo. Dejando en claro que rechazan el ofrecimiento divino de la vida eterna (por medio de la fe en Jesús y el arrepentimiento de los pecados), no queriendo conocer a Dios. y ejerciendo su propia voluntad en el día a día.


Al final de sus tiempos, Dios les concederá el deseo de su corazón: la existencia eterna sin Dios, sin Jesús. Pero recuerda, sin Jesús no hay cielo y sin él no hay las bendiciones que tiene preparada para quienes están en contra de su ley divina.